- ¿Y esto? - preguntó el aprendiz de mago, mientras recorría con su mirada la deteriorada construcción frente a sus ojos.

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- Una reliquia de la antigüedad. Posiblemente un antiguo pasaje de nuestro mundo al mundo gemelo de Rokanus. - replicó su maestro, un poderoso hechicero de las tierras imperiales.

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El pupilo sopló el polvo para mirar con atención los extraños grabados y la runas élficas sobre la desgastada piedra.

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- Al final de los tiempos sólo uno de nosotros prevalecerá. - agregó el maestro, mirando con intensidad la vieja ruina que emanaba poder y sabiduría.

- Queda mucho tiempo para preocuparse de eso. - dijo el joven de revueltos cabellos.

- No es tanto. Hay algunos hechiceros y nigromantes intentando acelerar el día final. -

- ¿Cómo pueden hacer eso? -

- Desatando fuerzas ocultas desde Rokanus a nuestro mundo. -

- No sabemos lo que hay al otro lado. Son más de mil años que esas puertas han permanecido cerradas. Puede que no quede nada. -

- O puede ser que todo esté ahí; conocimientos y magia impensados, poderosas armas, bestias asombrosas, razas extintas, míticos lugares y el destino de la humanidad. -

- Entonces tenemos que detener a esos oscuros poderes que quieren cruzar a Rokanus. -

El maestro miró a su aprendiz con una enigmática sonrisa para luego agregar:

- O quizás tenemos que adelantarnos y obtener todo para nosotros. - 

Bienvenidos a la ante-historia de un mundo fantástico.
Crónicas de tiempos pasados: cuando la magia existía.